Una imprescindible crónica social deja entrever la compleja realidad en la que viven las minorías culturales empobrecidas mientras destapa las entretelas del poder de la banca y la complicidad de los políticos.
Tras la venta por parte de los gobiernos locales de miles de pisos públicos a fondos de inversión extranjeros en 2013, muchas familias madrileñas fueron forzadas a abandonar sus hogares. La película ofrece una mirada directa y, pese al drama implícito, no exenta de humor al caso de dos mujeres y sus familias que se resisten a abandonar el singular barrio de Villaverde.